Mujeres tras las rejas, abandonadas .


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Dr.Driver
06/07/2011, 13:35
Con información del periódico El Universal.

http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=130060&tabla=nacion



Mujeres tras las rejas, abandonadas.

Nueve de cada 10 reclusas que permanecen en las cárceles mexicanas no reciben visita conyugal. Sus esposos o novios las abandonaron en la cárcel y ni siquiera accedieron a realizar los trámites para compartir la intimidad.

La primera y última vez que salió de la visita íntima del Reclusorio Varonil Oriente, le ordenaron bajarse la pantaleta y hacer 15 sentadillas. Las custodias la miraron atentas con la idea de que en algún momento expulsaría un paquete con mariguana o cocaína, pero lo único que lograron fue sacarle la rabia, las ganas de llorar y de no volver a poner un pie en ese penal.

Había sido su única opción para lograr una relación sexual que ansiaba y regresó a su celda del Femenil Oriente decepcionada. Esa noche pensó en su esposo, Armando, que desde hacia un año, nueve meses y siete días no había vuelto a visitarla. Después se desengañó: "Si no ha venido a visitarme, mucho menos vendrá para hacerme el amor".

La visita conyugal o la íntima, como le llaman en los penales quedaba entonces en la lejanía, en algo inalcanzable. Las imágenes de aquel reo que sólo conocía por cartas y el cuarto de revisión con sus 15 sentadillas intimidatorias se le quedaron para siempre.

Casi 10 años sin recibir visita conyugal. Esther lo dice fácil. Las cifras la respaldan. Nueve de cada 10 internas que permanecen en las cárceles mexicanas no reciben visita conyugal. Sus esposos, cónyuges y novios las abandonaron y ni siquiera accedieron a realizar los trámites necesarios para compartir la intimidad. Datos de un estudio encargado por el Instituto Nacional de la Mujer y que la investigadora de la Dirección General de Readaptación Social del Distrito Federal, Marcela Briseño, llevó a cabo en penales de Morelos, Jalisco, Sinaloa y Chiapas, aseguran que sólo el 11 por ciento de las 9 mil 853 reclusas que hay en el país reciben visita conyugal.

Ante esta situación sólo les quedan dos opciones: asistir a la visita conyugal con un interno de otro reclusorio, o sumirse en sí mismas, en sus hijos y en su familia. En el primer caso, conocen a los presos en eventos o fiestas que organizan entre reclusorios o por carta. Si es una fiesta la conexión es directa, pero muchas veces los reos piden a las reclusas que visitan a sus parejas que les presenten a una amiga o que le diga que la vio cuando vino a un evento y que le gustó, que si le puede mandar una carta. En algunos escritos, obtenidos por este diario, intentan enamorarlas, les dicen que no pueden vivir sin ellas, que sólo ansiaban volverlas a mirar y de paso les piden de favor que les presenten una amiga a su compañero de celda que "está muy sólo desde hace tiempo".

Pero muchas prefieren no tener visita conyugal con una persona que está en las mismas condiciones que ellas. Diana, una interna que lleva tres años en el penal de Santa Marta Acatitla, dice que simplemente no le gustaría una visita íntima en un reclusorio. "No me quiero encontrar quién sabe con quién. Qué tal que es un hombre que lleva mucho tiempo en la cárcel; ¿qué es lo primero que va a querer?, pues tener relaciones. Y pues no, las cosas son lentas. Qué tal si él quiere y tú no accedes, y entonces comienza a golpearte. Aquí les ha pasado a muchas".

Desde que la aprehendieron, su esposo había ido dos veces sólo para regañarla. Trató de convencerlo para que hicieran los trámites de la visita conyugal. "Es como si no quisieran que tuviéramos relaciones porque piden muchos requisitos: testigos, cartas de concubinato, estudios de sangre que tardan en entregarte hasta tres meses, si no los pierden. Somos adultos, no tienen por qué pedir tantas cosas".

Herminia, una mujer que lleva más de 15 años en Santa Marta Acatitla, dice que su pareja nunca más volvió a verla. Ni siquiera cuando ingresó. "Ahora soy lesbiana. Tampoco puedo echarle la culpa a alguien, pero de alguna manera te orillan. Por ejemplo, yo perdí las esperanzas cuando metí todos mis papeles para recibir visita íntima de un amigo que está afuera y hasta la fecha nunca me dieron respuesta".

Según cifras de la Dirección General de Readaptación Social del Distrito Federal, en el penal femenil de Tepepan sólo cinco mujeres reciben visita conyugal y otras cinco salen a visita a los diferentes reclusorios. En total hay 156 internas. En Santa Marta Acatitla hay mil 474 internas; de éstas, sólo 81 reciben visita conyugal y 93 salen a la íntima. Araceli es una de las pocas reclusas que hace la visita conyugal a su esposo en el Reclusorio Varonil Oriente. A ambos los encarcelaron por delitos contra la salud. Ella dice que le gusta ir porque es la única distracción que tiene, pero se queja de las revisiones. Lleva su mantel en la mano y lo coloca en la mesa en la que recibirá a su visita: "A veces no nos dejan pasar mucha comida, ni tampoco mucha fruta. Y cuando salimos nos revisan y, a veces, si lo consideran necesario, nos hacen el tacto". Habla mal de los médicos de ese penal, dicen que son muy morbosos.

Idel se separó medio año antes de que la detuvieran por robo agraviado. Y dice que no le hace falta ir a la visita conyugal interreclusorio porque no tiene caso. "A qué le juegas, una como mujer se enamora más fácil. Luego si estando afuera te son infieles, ahora imagínate aquí encerrada. Luego los vemos en las fiestas y quieren que les presentes a una y luego a otra. No somos catálogo. Uno no sabe con quién se va a encontrar allá adentro en la íntima". Tiene las cejas completamente depiladas, y se delinea los labios con color negro. "Sicológicamente estoy preparada, y me dedico a mis hijos".

La directora de Equidad de Género en Justicia y Derechos del Inmujeres, Tania Reneaum Panszi, considera que hay toda una construcción social alrededor del cuerpo y de la sexualidad de la mujer, lo que ha llevado a que en el encierro haya ciertas violaciones a sus derechos humanos. "Que te priven de la libertad ambulatoria, pero no de todos los demás derechos. La mujer debe tener el derecho de elegir con quién tener relaciones; con hombre o mujer".

La investigadora explica que las reclusas tienen tres opciones: la visita conyugal con su pareja, la interreclusorios o una relación lésbica transitoria. "Se conocen por actividades, sus relaciones son epistolares y después la mujer pide la visita íntima, aunque primero se le recomienda pedir la visita familiar". Luego dice que el consejo técnico analiza si el interno puede ser mala influencia, si es peligroso, pero ellas son "mujeres que se saben cuidar".

"La gente reacciona así ante la visita íntima de las mujeres y hay una visión controladora", dice.

Marcela Briseño, autora del estudio Mujeres privadas de la libertad: el doble cautiverio , que se llevó a cabo en cuatro penales del país, asegura que el abandono por parte de los hombres se debe a que se sienten agraviados en su masculinidad y prefieren alejarse no sólo de la mujer, sino del resto de las responsabilidades. Los resultados de la investigación amparan su afirmación: en 30 por ciento de los casos los abuelos cuidan de los hijos de las internas.

La investigadora dice que muchas de las internas se hacen novias de los internos que de alguna forma se encuentran en las mismas condiciones que ellas y cubren el hueco del esposo o la pareja; pero a Esther, la mujer a la que le ordenaron hacer las 15 sentadillas se tardó casi dos años en aceptar una relación interreclusorio y no quedó satisfecha con el trato en el penal.

Una compañera de celda la convenció para que accediera a ir de visita conyugal con un interno que ni siquiera conocía. Comenzaron a cartearse. Se escribían las ansías. Hicieron los trámites correspondientes, hasta que llegó aquel día, en noviembre de 1997, cuando estuvo frente al desconocido y se le extinguió el deseo. Sólo quiso platicar, mientras contaba las horas con la firme convicción de que la próxima vez de que pasara por su mente tener relaciones sexuales sería con alguien que ella pudiera elegir. Hasta el momento lo ha cumplido.

D10S
06/07/2011, 13:40
. . . Chale, que mal pex, pobres viejas solas, encarceladas y sin Mantenimiento . . .


que culeros somos, la neta, los weyes que estan encarcelados si reciben la visita de su pareja en mayor porcentaje al de las mujeres . . .

polloman
06/07/2011, 13:42
mas de uno de aqui si va a querer ir a hacerles el favor

Leónidas
06/07/2011, 13:44
si hay chikas wapas y buenas me propongo como apoyo conyugal, pa ke se desestresen

Parrander GT
06/07/2011, 13:46
Jajajajaja mamaste becerril jajajaja

Yo tmb me apunto :)

SR20 ADRIAN
06/07/2011, 13:48
fotos de la reclusas!! yo les hago el parito

Culero Connor
06/07/2011, 13:49
No mames ya me imagino al calidad de morras q estan encerradas para q no les quieran hechcar un palito, aunque no dudo q haya dos tres morras entre 18 y 30 años q esten de buen ver y mejor tentar...jhaajhahja xD

The Grinch
06/07/2011, 13:51
mas de uno de aqui si va a querer ir a hacerles el favor
ai que armar unas visitas conyugales...digo con el fin de llebar felicidad a estas pobres damas..

alejandro
06/07/2011, 13:53
jajaj cuantos de aqui de seguro pensaran en dar la visita conyugal? jajajaja

g7k
06/07/2011, 13:55
unas fotos!


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